Se veía venir. El sexto año de crisis económica, la última subida del IVA, la contracción y la atonía en el consumo, la desconfianza instalada en los hogares y los niveles de paro históricos han conducido al sector de la distribución a una nueva e irremediable guerra de precios. Ante las estrecheces de muchas familias, los operadores han tenido que recurrir en el primer trimestre del ejercicio a la receta de los descuentos, en sus productos y en sus márgenes, para mantener y ganar nuevos clientes y arañar cuota de mercado a sus competidores.
Y es que la caída de un 10,2% de las ventas que ha experimentado durante el mes de enero el comercio minorista en España, la mayor de la seria histórica, según ha denunciado la asociación Aecoc, ha hecho saltar todas las alarmas en el sector. Sobre todo porque, a la espera de los datos de febrero, marzo y abril, las últimas cifras del INE apuntan ya en que lejos de mejorar, la caída se mantiene.
Como en cualquier guerra, el éxito no sólo depende de ser un buen estratega, sino de conocer lo que hace el rival. Por eso la vigilancia entre ellos se estrecha y el chequeo de precios se impone. Aunque no todos los players han movido ficha, algunos de los grandes ya han dado un paso adelante que podría tener un efecto dominó en todo el sector.
Efecto dominó
Aunque Carrefour dio el pistoletazo de salida hace un par de meses al bajar los precios de 4.000 productos, Mercadona fue la primera cadena que habló de ello alto y claro. Fue el 8 de marzo. Ese día el gigante valenciano presentaba sus resultados anuales correspondientes al ejercicio de 2012 y su presidente, Juan Roig, dejó claras sus intenciones al anunciar que aplaza su expansión internacional para atender los esfuerzos que necesitará el mercado local, donde las ventas al por menor siguen en caída libre desde hace dos años. Unos esfuerzos que según Roig pasan por ofrecer a sus clientes -a los que él llama jefes- más calidad por menos precio. Aquella frase desató la tormenta.
Sólo una semana después, el 15 de marzo, El Corte Inglés sacó pecho y sorprendió a la competencia al hacer público que, a la bajada de precios -de un 20%- que había llevado a cabo nueve meses antes, sumaría una nueva que, en esta ocasión, reduciría en un 5% el precio de productos de los segmentos de la alimentación y la droguería.
Más marca blanca
No contento con eso, el grupo de distribución que preside Isidoro Álvarez también anunció el lanzamiento de 400 nuevos productos de cosmética bajo su marca Veckia para rivalizar así directamente con las marcas blancas de otras grandes cadenas de distribución.
Tras anunciar su plan, sólo hubo que esperar otra semana para que otro de los grandes apostara por otra bajada de precios. Esta vez el protagonista fue Makro. El pasado 22 de marzo, la enseña del grupo Metro, que a principios de año inauguró en Madrid el primer local urbano destinado sólo y exclusivamente al hostelero, entraba en la guerra de precios al anunciar que bajaría un 6 por ciento el precio de las 250 referencias más consumidas por ese gremio. Tras todos ellos, la última en mover ficha ha sido la cadena de supermercados Caprabo, propiedad de Eroski.
El pasado 4 de abril la compañía anunció que había bajado el precio de más de 2.000 productos de manera permanente; unas rebajas que en algunos casos alcanzan el 30 por ciento, y con las que la empresa pretende cambiar de manera radical la imagen de precio de los supermercados Caprabo.
La rebaja se ha aplicado a más de 1.000 productos básicos de primeras marcas de fabricantes, 600 productos de la marca propia Eroski y Sannia, y más de 300 productos frescos de consumo diario. Se trata de la bajada de precios más ambiciosa realizada por la compañía.
Aunque cada uno va a su ritmo, todos miran de reojo lo que hace el rival y contabilizan más que nunca el efecto de sus estrategias. Según ha manifestado recientemente Víctor del Pozo, responsable de alimentación de El Corte Inglés, la bajada de precios llevada a cabo por este gigante -la de ahora y la del pasado verano- ya ha dado sus frutos. Sus cálculos cifran en 600.000 los clientes que la empresa ha ganado, una media de 2.000 más al día. Para ello, El Corte Inglés realiza una revisión continua del precio de cerca de 5.000 productos -los más demandados en la cesta de la compra, según Del Pozo- para garantizar que en sus tiendas -Supermercado El Corte Inglés, Hipercor y Supercor- se puedan adquirir precios de «máxima competitividad». En una línea parecida, Mercadona mantiene una estrategia centrada en el cliente y sus necesidades, innovando de forma permanente para reducir, por ejemplo, los costes logísticos
Makro, por su parte, alega que su bajada de precios está destinada a ayudar a la hostelería, a aumentar la rentabilidad de sus negocios, que en los últimos años han acumulado una caída de ventas continua.
Fuente : eleconomista.es